martes, 9 de diciembre de 2008

BAJOS NIVELES DE COMPRENSIÓN LECTORA Y SUS EFECTOS EN LA COMPOSICIÓN TEXTUAL: EL CASO DE ALGUNOS PROGRAMAS EN LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

POR WILMER ALBERTO ZULETA LÓPEZ

Los bajos niveles de comprensión de lectura tienen incidencias en el bajo rendimiento académico en cualquier universidad del mundo: la Universidad de Antioquia no es la excepción. Hace 13 años se hizo una investigación en la U de A, cuya muestra se tomó con cuestionarios aplicados a estudiantes de tres Facultades: Medicina, Economía y Educación1. A pesar de haber pasado los mencionados años, la mayoría de las conclusiones tienen validez en el presente 2008; pero las soluciones propuestas no se han aplicado en su mayoría.

Hay tres propósitos que generalmente buscan las indagaciones sobre lectoescritura y literacias; en primer lugar, es pertinente conocer el nivel de comprensión lectora que tiene determinado grupo de estudiantes, para ello se pueden hacer pruebas piloto que permitirán realizar un diagnóstico y plantear una problemática; acto seguido, se analizan algunas causas de las deficiencias en la comprensión textual y sus consecuencias en la composición escrita; en última instancia, se diseñan estrategias metodológicas, discursivas y didácticas para gestionar el problema detectado, de modo que se pueda potenciar la competencia lectora, así como la composición de textos coherentes, cohesivos y adecuados.

La investigación Luz Stella Castañeda y José Ignacio Henao (1999) muestra que para formar lectores y escritores autónomos hay que pensar la lectura y la escritura como procesos cognitivos complejos, para lo cual es pertinente analizar la comprensión en niveles implícitos y en la argumentación que presenta el estudiantado a preguntas abiertas, ya que los cuestionarios de selección múltiple no siempre muestran sus falencias en la comprensión de textos y de discursos.

La lectura se ha confundido con la excelente pronunciación cuando se oraliza un texto; mientras que la escritura se ha reducido a la trascripción, al hecho de tener letra legible, a copiar y pegar de páginas de Internet. La enseñanza de la lectoescritura, en la Educación Básica y Media, ha sido señalada en diversas ocasiones como la “culpable” del bajo rendimiento del estudiantado en las universidades en los primeros semestres y de los problemas de escritura a lo largo de toda la carrera. La composición textual se ha percibido muchas veces como un “producto terminado” y no como un constructo procesal que se realiza mediante el lenguaje y el pensamiento.

Por otra parte, hay teorías cognitivas y psicolingüísticas como la determinación del “filtro afectivo” sobre el “Input comprensivo” de Stephen Krashen (1985) o como “leer como escritor” de Frank Smith (1994) que muestran la relación interdependiente entre leer y escribir (literacias) y que, a su vez, demuestran mediante varios experimentos que la falta de motivación es la causa principal de la poca comprensión lectora y de las grandes dificultades para componer un texto académicamente aceptable.

Luz Stella Castañeda y José Ignacio Henao también llegan a la anterior conclusión, ellos –además- agregan otra causa a los bajos niveles de comprensión lectora de estudiantes universitarios: la carencia de estrategias sistemáticas de lectura, las cuales se pueden apreciar cuando no se logran establecer relaciones intratextuales entre título y contenido, intertextuales y extratextuales (contextuales). De ahí que sea pertinente tener en cuenta otra de las conclusiones del trabajo de ambos docentes investigadores: “un trabajo sistemático en el área de la lengua materna, orientado desde la Lingüística Textual y el Análisis del Discurso, logra atenuar las diferencias en lectura, que por razones socioculturales se dan entre los estudiantes de la Universidad de Antioquia” (1999: p. 163).

En este sentido, la Lingüística Textual y el Análisis Crítico del Discurso son dos variables independientes que contribuyen a concebir la lectoescritura de una manera más sistémica, ecléctica y holística; sin embargo, en la Universidad de Antioquia –en el pregrado de Ingeniería- hay cursos de lengua materna que se basan en el análisis de unidades aisladas del contexto como sonidos, letras, oraciones y reglas ortográficas en sí mismas; por ejemplo, en el curso Lectoescritura I (ofrecido para estudiantes de Ingeniería de Sistemas) se estudian fenómenos como la prosodia que son sólo de interés para lingüistas y fonetistas especializados en la materia; pero no para la formación académica de ingenieros de Sistemas: para esta población el lenguaje y la lengua no es un objeto de estudio, sino un medio de comunicación. De ahí que el interés de este curso tendría que centrarse más en aspectos semánticos, pragmáticos y discursivos que en fenómenos fonéticos y morfo-sintácticos en sí mismos.

El mencionado curso de Lectoescritura I tiene demasiadas unidades temáticas para un solo semestre, con lo que se convierte en una asignatura de “relleno” que da mucha información dispersa y aislada; pero pocos conocimientos que sean aplicables a los procesos complejos de leer y escribir académica y competentemente; además, dicha materia no relaciona las teorías gramaticales con los saberes previos y con la cotidianidad de sus estudiantes, esta situación genera muchas veces que el estudiantado se desmotive hacia la lectoescritura y que sus niveles de rendimiento sean deficientes e inaceptables académicamente.

En torno a lo anterior, vale decir que Luz Stella Castañeda y José Ignacio Henao propusieron hace 9 años la siguiente solución: “los estudiantes universitarios deben recibir al menos tres cursos de Lengua Materna, con el fin de trabajar la comprensión textual, la elaboración de resúmenes, la producción de textos y la relación texto y contexto, porque de lo contrario es muy difícil formar lectores eficientes, críticos y autónomos” (1999: p. 162).

La propuesta no se ha tenido en cuenta en las Ingenierías, ni tampoco en otros pregrados que no son de Ciencias del Lenguaje y de la Comunicación en la U de A; sin embargo, el hecho de tener tres cursos de Lectoescritura no garantiza la solución de las problemáticas de la lectura y de la escritura, ni mucho menos si éstos se diseñan para lingüistas especializados y no para estudiantes de primer semestre de carreras que no tienen como objeto de estudio la lengua, el lenguaje o la comunicación, sino que dichos fenómenos sólo son medios para que ellos y ellas desarrollen competencias comunicativas y argumentativas que sí sean útiles en su formación académica, competitiva y personal. Por lo anterior, vale decir que cada vez que finalice un curso de lengua materna vale preguntarse hasta qué punto el estudiantado mejoró sus niveles de comprensión lectora y de composición textual.

Finalmente, varias investigaciones de las Ciencias Cognitivas, de las Ciencias del Lenguaje y de las Teorías del aprendizaje muestran que la competencia lectora sólo se desarrolla cuando la persona está motivada, por ello quien dicte un curso de lengua materna tiene la función de guiar a sus estudiantes de una manera efectiva, de tal manera que queden “seducidos” e “incentivados” por la lectura y la escritura como procesos de pensamiento que permiten conocer el mundo, la naturaleza, las tecnologías, las culturas, las sociedades, las personas y el sí mismo. En última instancia, sólo se logra un desarrollo de la comprensión lectora y de la escritura competente cuando se unen la teoría y la práctica; sistematicidad y motivación; esfuerzo y deseo de saber.


REFERENCIAS

CASTAÑEDA, Luz Stella y HENAO, José Ignacio. “Niveles de comprensión textual en la Universidad de Antioquia”. Revista Lingüística y Literatura Nº 33, Universidad de Antioquia, Medellín-Colombia, 1998-1999.


KRASHEN, Stephen (1985) “The input hypothesis: Issues and implications”. Laredo Publishing Co: California.

SMITH, Frank. (1994b). “Writing and the writter”. Second edition. Lawrence Erlbaum Associates, Publisher: New Jersey.


1 Esta investigación se denomina “Niveles de comprensión textual en la Universidad de Antioquia” y fue realizada por los profesores Luz Stella Castañeda y José Ignacio Henao. Véase un artículo que la sintetiza en la Revista llamada Lingüística y Literatura Nº 33, Universidad de Antioquia, Medellín-Colombia, 1998-1999. O véase una presentación más detallada en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-09341999000100010&script=sci_arttext&tlng=es (Fecha de consulta 7 de diciembre 2008). Ambos profesores sostienen que el bajo rendimiento académico es producto de la poco comprensión lectora, en sus palabras: “la falta de precisión para resumir es producto de la dificultad para comprender el texto, elaborar ideas, integrarlas y redactarlas en forma coherente” (1998: p. 158).

domingo, 27 de abril de 2008

FUNDAMENTOS GRAMATICALES PARA LA ESCRITURA ACADÉMICA

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE INGENIERÍA

DEPARTAMENTO DE SISTEMAS

CURSO FUNDAMENTOS DE INVESTIGACIÓN

SESIÓN 2: FUNDAMENTOS GRAMATICALES PARA LA ESCRITURA ACADÉMICA1

  1. PROBLEMAS Y JUSTIFICACIÓN

¿Hasta qué punto la escritura puede pensarse como un mecanismo de poder? Si la escritura se concibe de esta manera ¿por qué el conocimiento y el uso de ciertas normas gramaticales pueden ser relevantes en ella? En el curso Fundamentos de Investigación se han discutido las anteriores problemáticas, en este sentido, el uso de los signos de puntuación ha sido una discusión que parece interminable; algunos literatos -como los nadaístas y como Gabriel García Márquez- afirman que es importante “simplificar la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros”2. Esta premisa fue interpretada por varias personas como un “anarquismo” del Nóbel de Literatura de 1982 contra los ortodoxos de la Gramática española; por su parte, los gramáticos "ortodoxos" han dicho que es imposible una escritura coherente sin un uso adecuado de dichos signos. Hay otros más con posición "neutrales" que intermedian entre ambos extremos -como Daniel Cassany- quienes reconocen que las normas gramaticales sí son útiles para la composición del texto escrito, pero que no tienen por qué ser el "centro" y lo más relevante en la escritura.

Respecto a lo anterior vale preguntarse: ¿cuál de los tres puntos de vista es más pertinente en el curso Fundamentos de Investigación? Sin duda el de Cassany, por ello en esta sesión 2 se leerá y se discutirá el epílogo de su último libro: “Afilar el lapicero”, en el cual dicho autor intenta mostrar por qué la escritura puede pensarse como un poder en el mundo de hoy, de ahí que para escribir haya que ser “competente”, en el sentido que lo propone Frank Smith3. Sin embargo, el punto de vista de Cassany en las obras literarias no tiene la misma validez, por ello también se discutirá en esta sesión el capítulo “Caminando por el delgado filo de una barda”, el cual hace parte de la novela “Érase una vez el amor, pero tuve que matarlo” de Efraín Medina Reyes; en dicho capítulo se afirma que “para nada sirve la escritura”. Este tipo de postulados -enfrentados a los de Daniel Cassany- podrían generar un debate en clase, del cual podrían salir síntesis que “enriquezcan” la discusión. Por lo tanto, vale decir que si la escritura es un medio de poder en diversas culturas, por una parte; por otra es la manera de expresar inconformidades contra el exceso de normas gramaticales e incluso es el mecanismo para hacerle una diatriba a la escritura misma.

  1. OBJETIVOS

2.1 GENERAL:

Exponer varios puntos de vista sobre la escritura y sobre el rol de la gramática en distintos textos.

2.1.1 Específicos:

- Discutir sobre la importancia de algunas reglas gramaticales, en la escritura académica.

- Mostrar la relevancia de algunos casos sintácticos y de ciertas propiedades semánticas que determinan la puntuación y la ortografía, en los textos académicos.

  1. CONTENIDO

3.1 Diferentes concepciones sobre el rol de la Gramática en la escritura.

3.2 Los casos sintácticos y la cohesión textual.

3.3 Coherencia, adecuación y metacognición en la escritura.

  1. METODOLOGÍA

Se discutirán las afirmaciones de dos textos: el epílogo del libro: “Afilar el lapicero” de Daniel Cassany y el capítulo “Caminando por el delgado filo de una barda” de la novela “Érase una vez el amor, pero tuve que matarlo” de Efraín Medina Reyes. A partir de ambos escritos, el asesor gramatical y monitor de Fundamentos de Investigación explicará diferentes perspectivas sobre el papel de la Gramática en la escritura en general, y en particular en los textos académicos. De esta manera, la sesión 2 se desarrollará en una hora y media, es decir, media hora para cada numeral del contenido. En última instancia, no sobra decir que al final de cada temática se abrirá un espacio para las preguntas del grupo y para la discusión de lo expuesto.

  1. RECURSOS DIDÁCTICOS

Los contenidos se expondrán con el apoyo de diapositivas; el tablero, las tizas y los marcadores se usarán poco (sólo en la explicación de mecanismos de la cohesión y de algunos casos sintácticos de la lengua castellana). En dicha presentación de Power Point sólo se mostrarán categorías y se citarán los conceptos más básicos.

  1. EVALUACIÓN

Con base en la discusión grupal de las dos lecturas, se detectarán algunos saberes previos, concepciones, opiniones e intereses del grupo de Fundamentos de Investigación del semestre 2008-1, ello se hará con el fin de diseñar diversos textos para las asesorías gramaticales.

  1. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Y WEBGRÁFICAS

CASSANY, Daniel. “Afilar el lapicero”. 2007.

MEDINA REYES, Efraín “Érase una vez el amor, pero tuve que matarlo”. 1994.

http://www.mundolatino.org/cultura/garciamarquez/ggm6.htm

http://boards4.melodysoft.com/app?ID=LENGUN3&msg=21

http://www.museoarteeroticoamericano.com/mensajenadaista.html

(Fuentes consultadas el 27 de abril de 2008).



1 Documento preparado por Wilmer Alberto Zuleta López wazuleta@gmail.com (asesor gramatical y monitor del curso Fundamentos de Investigación).

2 Véase esta entrevista completa a Gabriel García Márquez en: http://www.mundolatino.org/cultura/garciamarquez/ggm6.htm (Fecha de consulta 27 de abril de 2008). En esta entrevista dice: “me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los ques endémicos, el dequeísmo parasitario, y devolvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. Y que de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?” Los nadaístas, en su manifiesto Antiacadémico tampoco se quedan atrás: “Queridos vejetes reumáticos: ustedes existen ¿y qué? A nadie le importa. Entonces a qué armar tanto escándalo. Es triste contemplar el ridículo alboroto de sus existencias en torno a lo que ustedes son: una manada de vejetes con peluca, caspa, dientes postizos, vicios solitarios y paraguas con capacidad ecuménica de ensombrecer el sol cuando sacan el perro a mear al parque. Ustedes se han pasado la vida parpadeando ante los libros para acabar e un oscuro prostatismo y ser los policías del orden público idiomático. ¿No les duelen mucho las nalgas de estar sentados en esos viejos bancos discutiendo si Güevonada se escribe con B ebria o teologal? ¿Por qué desprecian así la vida? ¿Por qué no se consiguen una amante y van a dorarse en las playas en lugar de agotar su pobre energía en elucubraciones calvas y dolor de hígado? Cómprense unos zapatos de gamuza, una guayabera y una camisa roja, y en vez de dormir al lado de alguna acabada vieja menopaúsica váyanse a bailar chachachá en los horribles sótanos de la noche y emborrachen hasta el último gusano de su aparato digestivo. ¿Para qué hacen esos congresos tan aburridores? Eso de la cultura se acabó. ¿Ustedes no sabían que el nadaísmo es una revolución al servicio de la barbarie, y que la barbarie es el único idioma que hablamos en Colombia? No se preocupen de cosas tan idiotas como el idioma, esas son naderías que nada tienen que ver en esta época llena de explosiones radiactivas, de ángeles nerviosos, pestañas postizas y putas místicas. ¿Qué es eso de arreglar el idioma? Nosotros somos unos indios que no sabemos hablar y no queremos aprender. Váyanse de aquí con sus pergaminos y plumas de gallina a escribir sus pendejadas. Nosotros estamos borrachos de marihuana y papagayos y no queremos saber nada de esas cosas de gramática y Salamanca. El idioma castellano sólo nos sirve para enamorar a la sirvienta y hacerle el amor en la cocina. ¿Qué diablos nos importa que Labio se escriba con B labial si al fin de cuentas el oficio de ustedes es cerrarnos la jeta para censurar nuestros negros y alucinados poemas sobre los esponsales del gonococo? Señores ratas de la academia: queremos darles un consejo de brujos: ¿Por qué no se suicidan? No duden, contarán desde ya con el eterno agradecimiento del arte y de la humanidad. Pero ya sabemos: ustedes son unos cochinos cobardes. Todo lo que ustedes saben sobre la muerte es que el suicidio se escribe con C y que la Vida se escribe con V de vómito”. Véase este Manifiesto completo en: http://www.museoarteeroticoamericano.com/mensajenadaista.html (Fecha de consulta 27 de abril de 2008).

3 Frank Smith (1981) afirma que “la mejor manera de ser un escritor competente es buscar los conocimientos en textos escritos, es decir, que hace falta leer de una manera determinada para aprender a escribir, debido a que se puede encontrar la estructura, el registro y las palabras adecuadas para escribir otras. Con respecto al aprendizaje, las convenciones de la escritura se realizan de manera “espontánea”, sin ningún tipo de enseñanza formal, de manera que se hace de una forma inconsciente, incidental y sin esfuerzo, debido a que se aprende a través de la motivación, porque el lector se interesa. En este sentido se quiere pertenecer o ser al mismo grupo del texto escrito”. Véase este postulado en: http://boards4.melodysoft.com/app?ID=LENGUN3&msg=21 (Fecha de consulta 27 de abril de 2008).