martes, 6 de noviembre de 2007

QUICES EN LAS ASESORÍAS GRAMATICALES

QUIZ 1 (Fecha de presentación: 15 de noviembre de 2007)

Elija una de las siguientes preguntas e intente contestarla, en un escrito de menos de una página, desde su experiencia y/o desde alguna (s) posición (es) teórica (s) que conozca. Recuerde que este quiz también lo puede presentar de manera oral, con cita previa para una asesoría gramatical, en el aula 21-200.

En la Web: http://www.elcastellano.org/clepre.html, hay un texto con algunos argumentos desde los que se podrían pensar las siguientes preguntas problematizadoras.


1. El uso de los signos de puntuación es una discusión que parece interminable; algunos literatos -como Gabriel García Márquez- afirman que son innecesarios al igual que la ortografía; por el contrario, los gramáticos "ortodoxos" dicen que es imposible una escritura coherente sin un uso adecuado de dichos signos. Hay otros más "neutrales" que intermedian entre ambos extremos -como Daniel Cassany- quienes reconocen que las normas gramaticales sí son funcionales y útiles para la composición del texto escrito, pero que no tienen por qué ser el "centro" y lo más relevante en la escritura. ¿Usted con cuál de los tres puntos de vista está más de acuerdo, pensando en la escritura desde su formación profesional, y por qué?


2. Si desde que teóricamente aparecieron las teorías pragmáticas se habla que "lo importante no es tener ortografía, sino que los demás entiendan lo que dice un texto", por qué piensa usted que todavía en las instituciones educativas se sigue enseñando "normas" gramaticales estáticas de cómo se ha de escribir.


3. ¿Cuáles reglas gramaticales piensa usted que podrían abolirse y cuáles no? Argumente con varias razones y con ejemplos concretos, generados a partir de su experiencia académica.


4. ¿Por qué podría pensarse que afirmar lo siguiente es una falacia: "no es necesario aprender ortografía, porque para eso existen los correctores de los computadores"? O si no piensa que esa premisa es falaz argumente por qué.


5. ¿Cómo piensa usted que se podría aprender las reglas ortográficas? O ¿usted considera que dichas reglas no podrían aprenderse, sino adquirirse de manera inconsciente? Justifique su respuesta.

Nota: las anteriores son preguntas que implican más el ejercicio del pensamiento, en ellas no cuenta lo que denominan "suerte" y lo que podría darse en los cuestionarios de selección múltiple. Por lo tanto, se han planteado porque es importante que en Fundamentos de Investigación también se evalúe la argumentación de una manera más exhaustiva, en el segmento gramatical del curso.

Att: Wilmer Zuleta (Monitor y Asesor Gramatical del curso Fundamentos de Investigación).

QUIZ 2 (Fecha de presentación: 23 de noviembre de 2007)

TEMA: ALGUNAS CATEGORÍAS GRAMATICALES (PRONOMBRES, PREPOSICIONES, ADVERBIOS)

Nota: en este quiz se pretende evaluar en qué estado se encuentra el manejo de algunos conceptos gramaticales básicos, los cuales son relevantes para la escritura. La pregunta número 3 amerita justificación, ya que todas las opciones pueden ser válidas o inválidas según la manera cómo se argumenten, por eso cualquier opción que se elija debe ser sustentada, por tanto dicho cuestionamiento tiene el valor de la evaluación: falso o verdadero y no de selección unívoca como las demás. En este blog se publicarán las respuestas (cada una con su debida argumentación) cuando todos los estudiantes de Fundamentos de Investigación presenten este quiz.

1. Analícese el siguiente gazapo presidencial: “el crimen del gobernador Antonio Roldán Betancur es un crimen contra Colombia entera” (Virgilio Barco).

En el anterior enunciado hay un error por el uso inadecuado de una categoría gramatical, ya que da a entender que el crimen fue del gobernador y no en su contra, por tanto, el enunciado correcto es: “el crimen contra el gobernador Antonio Roldán Betancur es un crimen contra Colombia entera”. Diga cuál de las siguientes categorías gramaticales fue la que se usó incorrectamente:

  1. Conjunción
  2. Adverbio
  3. Preposición
  4. Pronombre.

2. Entre los trabajadores y estudiantes del SENA había una discusión idiomática en torno al eslogan de la institución; los primeros indicaban que se debía decir: “AQUÍ VINIMOS A TRABAJAR”; mientras que los segundos afirmaban que se debía enunciar “AQUÍ VENIMOS A TRABAJAR”. De las siguientes opciones cuál es la más adecuada:

a. Venimos es correcta y vinimos es incorrecta

b. Vinimos y venimos son igualmente adecuadas

c. Vinimos es adecuada, pero venimos no

d. Las dos son modismos e incorrectos por su agramaticalidad.


3. De los siguientes enunciados diga cuál (es) es (son) válido (s) y cuál (es) no, desde su opinión. En este punto no se evalúa x o y decisión, sino la manera cómo son argumentadas las elecciones de las preposiciones en una premisa u otra.

a. Los aspirantes viajaron en la noche para presentarse a la Universidad

b. Los aspirantes viajaron por la noche para presentarse a la Universidad

c. Los aspirantes viajaron en la noche a presentarse para la Universidad

d. Los aspirantes viajaron por la noche para presentarse en la Universidad.


4. “Sócrates enseñó sabiamente que: la duda es el principal camino para conocer”. La palabra “sabiamente” qué función gramatical cumple en la oración:

a. La función de adverbio

b. La función de adjetivo

c. La función de pronombre

d. La función de interjección.


5. “Así corran, les apuesto que los atraparé”. En esta frase la partícula “que” es:

a. Pronombre y conjunción

b. Adverbio y disyunción

c. Pronombre y preposición

d. Conjunción y cópula.


QUIZ 3 (Fecha de presentación: 10 de diciembre de 2007)

Lea atentamente el siguiente texto y luego señale las premisas que considere Falsas o Verdaderas, según las hipótesis planteadas en él.

ALGUNAS REFLEXIONES TEÓRICAS SOBRE LA ESCRITURA

Por Wilmer Alberto Zuleta López: wazuleta@gmail.com

(Asesor Gramatical y Monitor de Fundamentos de Investigación)

Para escribir, de una manera aceptable académicamente, es de suma importancia la actitud, que es un estado de ánimo que presupone disciplina, disposición, e interés. El componente actitudinal es una condición indispensable para desarrollar aptitudes en la escritura, de las cuales subyace la calidad para redactar de una manera potencial e idónea. “El in-put comprensivo en la escritura y en la lectura depende del filtro afectivo” (Krashen). Esto significa que alguien para leer y escribir tiene que tener una actitud motivada, cuyo aporte se complemente con una capacidad racional, que le permita realizar una práctica lectoescritural coherente, cohesiva y adecuada al contexto.

Se puede pensar la escritura también como un proceso complejo, que no se reduce a un producto (escrito) terminado. De ahí que nunca se aprenda a escribir totalmente, puesto que “el acto de escribir es una operación del pensamiento(R. D. Hurtado). Por eso la escritura no es una simple repetición de grafemas y de fonemas ni un ejercicio mecánico psicomotriz, sino que es más bien una de las mayores creaciones del intelecto, ya que “La escritura no se aprende, sólo se desarrolla y se adquiere(Daniel Cassany). Esta tesis puede ser algo polémica, sin embargo es verosímil si se diferenciase “adquisición” de “aprendizaje”; la primera es un proceso inconsciente que se obtiene sin esfuerzo aparente como hablar una lengua materna; mientras que el segundo es un elemento conciente que realiza un individuo, quien sabe las reglas que aprende y aprehende, para corregir y controlar su manera de escribir (Cassany, Krashen, entre otros).

Ahora bien, si la escritura no se aprende es porque nunca se llega a un nivel de perfección, sólo se puede mejorar cada día con disciplina, lectura y escritura constante, esto permite que se desarrolle y se adquiera sin que nos demos cuenta de ello. “Para ser un escritor competente, antes hay que ser un lector experimentado (Frank Smith). Por tal razón leer y escribir son operaciones paralelas, complementarias e interdependientes.

En última instancia, “la instrucción formal que se basa en gramáticas no puede tener un papel demasiado importante en el aprendizaje; en cambio, la lectura contiene los conocimientos que el individuo necesita para aprender gramática, los mecanismos de cohesión y las reglas de coherencia textual que necesita para escribir” (Daniel Cassany). En esta propuesta se puede deducir que el dominio de un código escrito no basta para escribir adecuadamente, ya que para ello hay que ser un lector competente, porque no basta con saberse reglas gramaticales de memoria ni ciertas normas tautológicas y sintácticas, sino que es conveniente ir más allá, para poder pensar el contenido de lo que se vaya a redactar.

1. Un buen escritor es el que tiene letra legible, de hecho para escribir no es necesario borrar, sino repetir las letras en su debido orden y transcribir el flujo del pensamiento y sin equivocarse.

2. La escritura es un proceso cognitivo y de pensamiento, que se adquiere hasta la muerte.

3. Un texto se debe re-pensar y re-escribir varias veces para mejorarlo cada día, de ahí que la escritura pueda ser concebida como parte de un proceso complejo.

4. Los mejores escritores han sido inspirados por las musas, por eso escribir es muy fácil: es sólo cuestión de inspiración.

5. La lectura y la escritura son prácticas independientes y ninguna relación tienen.

6. Para saber escribir sólo basta con conocer las reglas gramaticales.

7. Sin motivación y sin actitud no es posible escribir competentemente, así exista la capacidad racional para hacerlo.

8. Un escritor competente es aquel que escribe un texto rápidamente, y cuya primera versión es la definitiva.

9. La escritura es producto no sólo de factores cognitivos, sino también de elementos emotivos y afectivos.

10. Las normas gramaticales son inútiles para escribir, ya que ellas son superficiales y no afectan el sentido de los textos.


QUIZ 4 (Fecha de presentación: 6 de febrero de 2008)

Realice un escrito sobre un tema de su interés, no necesariamente tiene que ser sobre un tema o problema académico. Debe ser mínimo de una cuartilla (sin tener en cuenta las páginas de las referencias y de las fuentes) además debe tener como fundamento la estructura de un microensayo, es decir, introducción, desarrollo de una hipótesis de trabajo, conclusión y bibliografía (webgrafía u otras fuentes referenciales). El tema de dicho texto -como ya se dijo- es de libre escogencia, en él se evaluará* básicamente la capacidad de análisis y de síntesis, así como la adecuación del discurso a un contexto determinado.

*Nota: cuando se habla de "evaluación" ello no quiere decir "calificación", ya que -como ustedes saben- los quices gramaticales sólo tienen dos notas numéricas: 5. 0 (presentado) y 0. 0 (no presentado).

DIATRIBA PARA EL FANATISMO: REFLEXIÓN DESDE ALGUNOS CONCEPTOS FILOSÓFICOS1

INTRODUCCIÓN

En el único animal que se ha percibido rastros de fanatismo es en el ser humano. Un tigre puede tener ataques de ira y de rabia, pero no es por fanatismo, sino por instinto de supervivencia y por su naturaleza animal: un tigre nunca apuñalará o disparará a otro porque no comparte sus ideas o sus conceptos; por el contrario, algunos seres humanos sí lo han hecho. Al respecto, vale aclarar que en el presente escrito no se está juzgando como “bueno” o como “malo” el sujeto con actitudes “fanáticas”, sino que se mostrarán algunos rasgos de dicha actitud, con el fin de hacer un llamado para combatirla (independientemente de la sociedad o de la cultura en donde se presente). El fanatismo tiene diversas características, en la presente diatriba se expondrán seis de ellas.

1. EL MANIQUEÍSMO ES EL FUNDAMENTO DEL FANATISMO

El maniqueísmo es una doctrina creada por Zoroastro V siglos A de C. en ella todo se reduce a “bueno” o a “malo”; a “bello” o a “feo”; a “verdadero” o a “falso”; a “negro” y “blanco”. Esta doctrina no admite puntos neutros ni intermedios, por ende, en ella no existe la Filosofía Crítica ni la lógica dialéctica2.

Vale la pena analizar cuatro casos en los que se podría ser fanático por estar sumergido en el maniqueísmo:

1.1 El caso del hincha fanático de fútbol: nunca acepta que su equipo pierde legalmente, el árbitro siempre le roba a su equipo, el equipo contrario siempre es el “malo” (al igual que quienes lo sigan). Siempre que ve a alguien con una prenda de un equipo contrario desea golpearlo, acuchillarlo, dispararle, asesinarlo. No es lógico reducir este tipo de actitudes sólo a ciertos “barras brava” suramericanos y a los hooligans ingleses u otros como los hinchas “ultra” europeos, sino que es importante apreciar la causa en el maniqueísmo del fanatismo.

1.2 El caso del religioso fanático se puede percibir no sólo en las cruzadas medievales, en las invasiones vikingas o en la Inquisición, sino también en el mundo contemporáneo con el caso de las Guerras Santas, en las cuales siempre se afirma que el “dios” propio es “el verdadero” y que el de los demás es “falso”, es pura idolatría, es ficción.

1.3 El fanatismo político no está lejos del religioso, éste al igual que aquél ha generado guerras y destrucción. Una muestra de ello es el fanatismo político colombiano por el cual se han asesinado entre sí seguidores de conservadores y liberales, así como de otros partidos en los siglos XIX, XX y XXI.

1.3 El caso del fanático melómano: la actitud es de rechazo hacia personas que escuchen otra música. Al respecto, vale denunciar es aquella actitud que pasa a la acción, cuando alguien llega al punto de agredir físicamente a otra persona simplemente porque escucha otro tipo de música o porque cree que no merece hablar o escuchar su misma música; un ejemplo de este tipo de fanatismo se puede apreciar en “la escena del Metal” en la ciudad de Medellín, cuando se ha apuñalado personas por ponerse camisetas de grupos considerados canónicos como Mayhem o cuando se ha asesinado personas por el simple hecho de no compartir sus ideas y acciones agresivas, son personas que se escudan en un “satanismo” tergiversado o en un supuesto honor del metalero radical, para justificar sus crímenes, de ese mismo modo ha funcionado en otros géneros musicales (más que todo “juveniles”); el problema no es en sí la música, ni siquiera su ideología, sino el fanatismo maniqueísta que subyace del inconsciente colectivo como estructura que cambia de arquetipos. En este punto es relevante analizar en un próximo escrito cómo una afinidad por el arte se vuelve dogmática, merced al maniqueísmo del sujeto fanático.

2. LA FALTA DE ÉTICA DE LA COMUNICACIÓN EN EL FANATISMO

La Ética de la comunicación se da, por ejemplo, cuando se puede construir comunidad académica o un grupo social de estudio a través del debate argumentativo, en el cual no gana quien más grite ni aquel que utilice la fuerza física. Se puede debatir, discernir, criticar con argumentos verosímiles, refutar ideas, reformular conceptos, pero sin llegar al extremo de atacar a quienes las dicen, porque en términos de Ana Hoyos “comprender es considerar que hay otras percepciones y que ninguna perspectiva es la definitiva… Cuando la ciencia diga: ésta es la verdad, se nos acabó la ciencia”3. He ahí la importancia de analizar los conceptos según la cultura, la sociedad, la época, el paradigma epistémico y de intentar argumentarlos con ideas sólidas y no con insultos a quienes nos interpelen o a quienes plantean hipótesis que contradicen las nuestras.

Es relevante, por tanto, saber cuándo un debate se realiza por competir o para aprender del interlocutor. Lo importante allí es buscar el equilibrio, la neutralidad como dice Ana Hoyos, eso es lo admirable de varias corrientes del pensamiento oriental como el budismo y el taoísmo, en donde los contrarios en vez de destruirse se complementan. De ahí que lo más cercano a ello de Occidente es una filosofía dialéctica y no dicotómica, cuya base sea la discusión, la conversación y el diálogo más que la disputa y el conflicto intersubjetivo, lo que interesa es la fuerza de los argumentos, ya que cuando se acaban éstos comienza a imperar muchas veces la fuerza física.

3. EL FANATISMO NO SE BASA EN LA FUERZA DE LOS ARGUMENTOS LÓGICOS

Si el fanático reconociera el papel de la fuerza de los argumentos no tendría que utilizar la fuerza física. ¿Cómo se puede adquirir una conciencia de la relevancia de la fuerza de los argumentos? Toda persona que reflexiona con argumentos lógicos, salvo algunas excepciones: logra ser una ex fanática. Para ello es importante que reconozca los siguientes elementos superestructurales:

3.1 LA TESIS: es una afirmación, una negación o una pregunta que intentamos argumentar, refutar o demostrar al lector u oyente. Todos los textos tienen una intención comunicativa y expresiva; por ejemplo, un candidato a la alcaldía tiene la intención de ser elegido, por ello intenta sustentar por qué y para qué es conveniente que los electores voten por él. El enamorado también desea conquistar a ese alguien que le "mueve el piso", así como el vendedor ofrece las "bondades" de su producto para que el cliente se lo compre. De ahí que tanto el político como el enamorado y el vendedor tengan diversas tesis, las cuales argumentan con ideas. Eso es lo que hace un escritor, es decir, proponer una idea y sustentarla con argumentos.

Ahora bien, ¿cómo se plantea una tesis? Para ello se podría tener en cuenta lo siguiente: a. Si la tesis se plantea en la introducción del texto: el razonamiento aplicado es el deductivo, esto implica que haya un desarrollo, en el cual se diga por qué se está en acuerdo, en desacuerdo o en qué puntos se confluye o no con el autor. b. Si la tesis se propone al final: es un razonamiento inductivo, el cual es propio del "método científico" en el que se parte de preguntas y de casos, de ellos se extraen conclusiones a través de observaciones empíricas y finalmente se llega a la tesis: que en la ciencia moderna sería una ley universal (como la ley de la gravedad, por ejemplo). c. Si la tesis se plantea en la mitad: el razonamiento es abductivo, ello presupone que se parta de una conclusión, que de ella se desarrolle una regla general, la cual en última instancia conduzca a un caso u objeto de estudio. Este método es el de los detectives, el de los celosos y el de los cazadores; los tres buscan indicios con los que generan conjeturas e hipótesis intuitivas, las cuales les permiten desarrollar sus problemáticas o generar nuevas.


3.2 LOS ARGUMENTOS: ellos son la base de las tesis. ¿Cómo se construyen los argumentos? Lo primero es leer y re-leer sobre un tema, problema y texto. Después es pertinente COMPARAR con otros textos y autores que trabajen el mismo tema. Por ejemplo, en el texto "Fanegas y Diamantes" también hay una tesis y una problemática, la cual es: ¿hasta qué punto la usura puede conducir a la perdición? Esto le ocurrió al señor Alí Hafet, quien por avaro no sólo perdió sus riquezas, sino que autodestruyó su existencia. Respecto a este texto literario se podría plantear la siguiente tesis: "la avaricia nos hace enceguecer y nos hace perder aquello que tenemos, sin haberlo valorado". Ella se puede argumentar diciendo ¿por qué y cómo el avaro no sabe lo que tiene hasta que lo pierde? Entre más y mejores argumentos hayan: una tesis es más difícil de refutar.


3.3 LAS CONCLUSIONES
: para lograr concluir es indispensable analizar y sintetizar; se analiza cuando se desmenuza, cuando un concepto se mira desde diversos puntos de vista; una muestra de ello es el concepto de "avaricia", el cual se podría pensar de diferentes maneras. Por ejemplo, no cree lo mismo en torno a la usura un economista capitalista que un obrero. La mejor forma de concluir es comparar y unificar opuestos, por ello la tesis no tiene que ser necesariamente una defensa o un ataque de la avaricia, puede ser también un equilibrio como en el siguiente problema: ¿cuándo conviene ser ambicioso y cuándo no y por qué? No obstante, la fuerza de los argumentos no funciona cuando falta una ética de la comunicación.

Por todo lo dicho, se puede apreciar que tanto las tesis como los argumentos y las conclusiones son mecanismos para sostener líneas de sentido de una manera lógica. Esta fuerza argumentativa no es física, sino lógica porque gana quien tiene más y mejores argumentos y no quien tenga más poder, jerarquía, armas de fuego, armas blancas. Si bien el discurso estético es connotativo y algo subjetivo; por otra parte, la crítica literaria está basada en argumentos lógicos que se tienen que sostener desde la fuerza ilocutiva, perlocutiva y argumentativa, y no con opiniones caprichosas sin argumentación.

4. EL FANATISMO CONTIENE UN ABSOLUTISMO PERNICIOSO

En las disertaciones sobre el concepto de “verdad” en la sociedad actual se puede encontrar otro problema, que se puede pensar desde una Filosofía Crítica: ¿cuál es la verdad en la interpretación de los fenómenos cognoscibles? En este sentido, el diálogo es el que permite que la conversación sea una interacción hermenéutica y no una discusión maniquea en la que se ataca a las personas y no a las ideas. Este "atacar" a las ideas no es más que contra-argumentar cuando se posean los argumentos sólidos para hacerlo y de ningún modo puede convertirse en un alegato o en una gritería que sea una disputa ciega por imponer cada uno su punto de vista, así sea por la fuerza (como se argumentó en el numeral anterior).

En síntesis, lo que se propone es una ética de la comunicación en la cual siempre triunfe la fuerza de los argumentos y la lógica de las ideas verosímiles sobre el fanatismo, porque lo que se llama "verdad" es una "aletheía", es decir, es una construcción intersubjetiva en la que -como decían los antiguos pensadores griegos- se des-cubren cosas nuevas. Aquí halla su lugar la duda metódica que ha sido el fundamento de diversas maneras de pensar y de diferentes modos de conocer. Ha sido una de las causas y de los efectos por los cuales el ser humano ha inventado la Filosofía. Comúnmente se cree que el pensamiento occidental se ha inclinado más hacia las certezas que hacia los cuestionamientos, mientras que el oriental se dirige más hacia las preguntas. Esta afirmación es sospechosa, vaga, reduccionista, irregular e imprecisa, puesto que no es verosímil generalizar a través de ella todo el pensamiento y el conocimiento continental de Oriente y de Occidente. ¿Qué significa entonces, dudar? ¿Cómo se llega a fundamentar la duda en el aula, sin caer en un dogma nuevo: el escepticismo? Éste es el asunto que sigue.

5. EN EL FANATISMO NUNCA SE DUDA METÓDICAMENTE

Quien duda es aquel que sospecha de conceptos y preconceptos que se creen absolutos, sobre los cuales la mayoría creen que son “verdaderos”, esta masa cree que son omnipotentes, universales, inmutables e irrefutables, es decir, que tienen esencia y, por tanto, no son dinámicos, sino dogmáticos y estáticos. Un pensamiento de la sospecha ofrece una distinción entre los contrarios y la contrariedad, en otras palabras, vislumbra la diversidad que hay entre los imaginarios socioculturales y entre las incongruencias de sus “lógicas”. El fanático duda sólo de lo que puede contradecir su dogma, nunca su duda es metódica.

Un maestro de la sospecha duda4 de los valores que se muestran como indeterminados e incuestionados. Sospecha de las prescripciones morales ahistóricas, generalizables y etnocéntricas. Este maestro duda sobre la premisa que afirma valores universales. Ser maestro de la sospecha es cuestionar lo que se cree sabido, es ponerle límites a los conceptos, a las ideologías, a los sistemas, a las creencias, a los imaginarios colectivos... Ser maestro de la duda es intentar denominar cómo son las cosas y no cómo deberían ser, o sea, es tratar de escapar de utopías, distopías, heterotopías, teleologías, metafísicas, moralismos...

Para ser maestro de la sospecha no hay que jugar al sabio, no hay que predicar las teorías de la ignorancia ni las del conocimiento en sí, no hay que ser modesto ni petulante, no hay que repetir todo lo que dicen los demás en los libros y en las conversaciones, ni creerse original, no hay que confundir los opuestos con las contradicciones lógicas, sino pensar. ¿Qué es pensar? El maestro de la duda sabe que el pensamiento va más allá del razonamiento, pues para razonar basta deducir, abducir, sintetizar, analizar e inducir; en cambio para pensar hay que realizar lo anterior y mucho más, hay que crear sentidos, hay que pensar desde el afuera, hay que ver lo que el común no percibe, hay que salirse del inconsciente colectivo si se puede y formular ideas nuevas, extrañas e innovadoras, porque pensar es dudar, crear y volverse a preguntar.

Descartes, en su primera Meditación, expone las razones por las cuales se puede dudar en general de todas las cosas, y en par­ticular de las cosas materiales, al menos mientras no se tenga otros fundamentos de las ciencias que los que se han tenido hasta el presente. La duda en Descartes no solamente es una consecuencia de la primera regla del método cartesiano, sino que también tiene vigencia en el tiempo y gracias al poder de su abstracción logra que se construyan nuevos conocimientos que superen algunos prejuicios empíricos y dogmáticos. Según Descartes, la duda “nos libera de toda suerte de prejuicios, y nos prepara un camino muy fácil para acos­tumbrar a nuestro espíritu a separarse de los sentidos, y, en definitiva, por cuanto hace que ya no podamos tener duda alguna respecto de aquello que más adelante descu­bramos como verdadero”5. En este sentido, la duda para René Descartes es un método para llegar al conocimiento verdadero. Este método cartesiano, Descartes lo retoma de los geómetras, a saber: “dejar sentadas de antemano todas las cosas de las que depende la proposición que se busca, antes de obtener conclusión alguna”6.

Lo anterior evitaría que en la construcción del conocimiento se cayera en falacias y en conclusiones precoces (como diría Michel Foucault). Para Descartes, además, “las cosas que concebimos clara y distintamente como substancias diferentes Casi el espíritu y el cuerpo ­son en efecto substancias diversas y realmente distintas en­tre sí: en virtud de que no concebi­mos cuerpo alguno que no sea divisible, en tanto que el espíritu, o el alma del hombre, no puede concebirse más que como indivisible; pues, en efecto, no podemos formar el concepto de la mitad de un alma, como hacemos con un cuerpo, por pequeño que sea; de manera que no sólo reconocemos que sus naturalezas son diversas, sino en cierto modo contrarias”7.

La duda de Descartes, por tanto, es metódica, por consiguiente es diferente de la duda del escepticismo filosófico y es totalmente diferente de la duda en el fanatismo, ya que en el sentido de este filósofo francés: quien duda es aquel que sospecha de conceptos y preconceptos que se creen absolutos sin una evidencia racional y sólo basándose en la práctica. Para la construcción del conocimiento científico Descartes propone que hay que salirse del sentido común, para así formular ideas nuevas, más racionales. De ahí que el método cartesiano invite a concebir la idea de que pensar es dudar, crear y volverse a preguntar, esto acercaría el conocimiento que se produzca a algunas concepciones más universales por su jerarquía racional. Finalmente, en el pensamiento de Descartes la duda se debe aplicar a los fundamentos de las creencias más que a las creencias mismas”8, ya que el fanatismo se vuelve pernicioso cuando conduce a acciones violentas y no cuando se predica una doctrina maniquea (sin ser argumentada). Esto le da a la duda metódica su fuerza teórica y epistemológica, ya que se sostiene en elementos formales que probablemente van más allá de la diversidad de contenidos y de creencias subjetivas.

6. EN EL FANATISMO NO EXISTE LA CAPACIDAD DE ASOMBRO

En un segmento de la novela filosófica: “El mundo de Sofía” le dicen a la niña de 15 años que “lo único que necesitamos para ser filósofos es la capacidad de asombro”. Este principio también es análogo y aplicable para la valoración lógica, ética y estética de la obra literaria, en este sentido, la duda metódica sobre las diferentes concepciones de la verdad (o de las diversas verdades como dicen varios epistemólogos) así como la aplicación de conceptos como la fuerza de los argumentos y la ética de la comunicación permiten que las personas no sólo disfruten la belleza poética o la fuerza ilocutiva de las obras, sino también que sientan con ellas un goce estético (alejado del fanatismo) que vaya más allá de la sensibilidad poética ante “lo bello”, ya que “lo feo” también puede dar placer (por ejemplo en lecturas escatológicas como el poema a la caca, los refranes del pedo, las odas a otros excrementos, la literatura erótica al estilo del Marqués de Sade). Todo lo anterior, se puede guiar filosóficamente desde una consolidación de la capacidad de asombro, la cual puede contribuir de una manera pertinente al desarrollo de la creatividad en las personas para la formulación de hipótesis, de ideas nuevas y de prácticas distintas en torno a su relación con el conocimiento, logrando de ese modo las tres funciones de la educación: la instructiva, la formativa y la desarrollista, cuya base es alejar a los sujetos de dogmas fanáticos que afectan la convivencia.

CONCLUSIÓN

El fanatismo se produce por el manejo inadecuado e irracional del maniqueísmo, se genera por la falta de argumentos lógicos, por ignorar las éticas de la comunicación, por creer que hay “una verdad absoluta” y que se debe eliminar cualquier duda o persona que obstaculice su hegemonía. En última instancia, el fanatismo es la falta de capacidad de asombro, es creer que alguien y algo se las saben todas, es negar la apertura del pensamiento, es cerrarse a caprichos absolutistas y dogmáticos y “solucionar” las diferencias desde los golpes, las armas, las bombas; Por el contrario, la lógica dialéctica, la Filosofía Crítica y la Teoría de la argumentación son mecanismos que hoy día nos permitirían vivir en comunidad, construir y reconstruir conceptos, pensar desde el afuera –como diría Michel Foucault- unir lo complejo en términos de Edgar Morin, aceptar la diversidad y convivir desde ella con una tolerancia activa. Finalmente, si eres razonable: difícilmente tendrás actitudes fanáticas que afecten tu vida.



1 Escrito por Wilmer Alberto Zuleta López: wilmeralbertomeister@gmail.com, el 25 de julio de 2007.

2 La palabra crítica viene de la voz griega examinar, de ella se deriva la posición teórica denominada criticismo en la cual hay confianza en la razón y se piensa que es plausible llegar a la construcción de conocimiento y a una verdad; contrario al escepticismo en el que se considera que las construcciones cognoscitivas no dejan de ser subjetivas o relativas a un contexto determinado. Ahora bien, ¿qué es la Filosofía Crítica en Kant? Kant designa la crítica como un método que conduce a sintetizar las posiciones teóricas del dogmatismo y del escepticismo…En este sentido, Kant denomina como filosofía crítica a las diversas indagaciones filosóficas que pretenden mostrar las bases y las limitaciones del uso de la razón. La crítica en Kant también sintetiza las concepciones teóricas entre racionalismo y empirismo, cuya unión no solamente conduce a lo que J. Hessen denomina intelectualismo, sino también al criticismo epistemológico. Esto significa que en la construcción de cualquier conocimiento: cada objeto cognoscible tiene que basarse también en las condiciones formales de la experiencia, las cuales son atribuidas por las facultades cognoscitivas. Uno de los principios de la filosofía crítica kantiana es pensar que la razón tiene límites para acceder a lo metafísico, es decir, que a la mente humana no le es posible llegar a conocimientos en sí por la racionalidad sino por la moralidad de la razón, ya que a través de la lógica y de la razón pura sólo se puede llegar a la apariencia de los conocimientos (éste también es un fundamento de la fenomenología y de la estética kantiana). El conocimiento sintético a priori posibilita -en términos de Kant- “una condición de la experiencia posible”, la cual se basa en que todo conocimiento a posteriori depende de uno a priori, en otras palabras, que en la construcción del conocimiento es condición indispensable unir el realismo y el idealismo, lo cual es posible desde el método crítico de la filosofía kantiana. En síntesis, se puede apreciar que el método crítico de Kant une y sintetiza contrarios con el fin de llegar a un conocimiento más universal, el cual no separe la sensibilidad de la razón, ni el intelecto de la experiencia. A continuación se expondrá el concepto de dialéctica en Hegel y su relación con la construcción del conocimiento, para observar qué semejanzas y qué diferencias tiene con la filosfía crítica kantiana.

La palabra dialéctica viene de la voz latina dialectica, la cual a su vez procede del griego dialektikh, terminación f. de –koV (http://presencias.net/indpdm.html?http://presencias.net/educar/ht1040h.html). Para los antiguos griegos hubo diversas artes de la discusión como la erística, la oratoria, la retórica, la mayéutica, y la dialéctica, esta última se usó al principio como un adjetivo, pero en la historia de la filosofía occidental se fue convirtiendo no sólo en un concepto, sino básicamente en un método de razonamiento que pretende ir más allá de la lógica formal aristotélica. En Heráclito de Efeso se halla el primer postulado dialéctico con el principio en el que los contrarios tienden a unirse por el devenir del movimiento, pero es en Platón en quien la dialéctica se constituye en la cualidad adecuada del auténtico pensador (del filósofo para ese entonces: quien intenta alcanzar “la verdad” a través de un diálogo (tal y como hacía Sócrates): “La dialéctica se opone entonces, a la erística: técnica orientada a hacer triunfar una tesis independientemente de su verdad. La dialéctica era para Platón el método filosófico supremo, el modo de las ciencias, y había de ser el estadio final de la educación formal del rey-filósofo. El diálogo permite contraponer argumentaciones aparentemente opuestas y frecuentemente complementarias, para posibilitar un ascenso a la verdad mediante la explicación de tales argumentaciones”. Ibíd., por el contrario, Aristóteles pensaba que la dialéctica no conducía a la verdad, sino a una verdad parcial (el entimema) que no es universal como las producidas por el silogismo lógico, sino que es algo que no pasa de lo verosímil y de lo probable. Esta tesis se puede apreciar no sólo En el tratado de retórica de Aristóteles hay algunos elementos útiles para cualquier escritor. Obviamente estas estrategias y técnicas discursivas varían según el contexto en el que se utilicen, no obstante, hay ciertas reglas aristotélicas que son generalizables para cualquier composición. Este filósofo griego dice que hay un discurso para cada tiempo para el pasado: el judicial, para el presente: el demostrativo, para el futuro: el deliberativo. Esta distinción posibilita vislumbrar que en la concepción aristotélica la retórica es un elemento de la dialéctica: ambas se asemejan en que no llegan a una verdad universal; mientras que la lógica va por otro lado, puesto que merced a evitar la ley de la contradicción sus postulados pueden llegar a lo absoluto.

3 Ana Julia Hoyos G. La comprensión como fenómeno social. En: Revista Universidad de Medellín, p. 109.

4 El concepto “Maestro de la sospecha” es retomado de las filosofías de Michel Foucault y de Paul Ricoeur, quienes denominan a Nietzsche, Marx y Freud: los tres maestros de la sospecha de la modernidad occidental; el primero que enseñó a sospechar del cristianismo en todos sus ámbitos; el segundo del capitalismo y el tercero de las concepciones judeocristianas de la sexualidad.

5 René Descartes. “Meditaciones acerca de la filosofía primera, en las cuales se demuestra la existencia de Dios, así como la distinción real entre el alma y el cuerpo del hombre”. En: Librodot.com, p. 1.

6 Ibíd., p. 2.

7 Ibíd., p. 3-4.

8 Ibíd., p. 6.





jueves, 25 de octubre de 2007

“HACIA UNA DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y DE LA LECTOESCRITURA: UNA PERSPECTIVA SOCIOLINGÜÍSTICA, SEMIOLINGÜÍSTICA Y DISCURSIVO COGNITIVA”

REALIZADA POR WILMER ALBERTO ZULETA LÓPEZ1

(e-mail: mailto:wazuleta@unalmed.edu.co)

"Quien escribe imagina a sus lectores, formula objetivos, desarrolla ideas, produce varios borradores, los cuales corrige indefinidamente para lograr sus propósitos comunicativos" (Van Dijk y Kintsch: 1983, Modelo cognitivo discursivo).


INTRODUCCIÓN

El presente escrito tiene como fin responder a tres preguntas generales, para efectos de mostrar un nuevo híbrido conceptual e interdisciplinario como lo es “la Didáctica de la lengua y de la lectoescritura, la cual ha sido poco aplicada en la formación “intelectual”, que proponen las instituciones educativas. Estos cuestionamientos son: 1. ¿Por qué analizar el discurso como unidad sociolingüística y no como enunciados aislados y limitados al análisis gramatical?, 2. ¿Por qué es indispensable dar a conocer más a fondo “esta Didáctica de la lengua y de la lectoescritura”, que es aplicable para las asignaturas sobre redacción, comprensión lectora y expresión oral? Y, 3. ¿Para qué y por qué es relevante proponerle algunas transformaciones metodológicas a ciertos docentes; con el fin de que los estudiantes se incentiven más hacia el deseo de saber y puedan desarrollar más habilidades cognitivas? En síntesis, este trabajo está divido en tres partes, en las que habrá reflexiones y propuestas transformativas y constructivas más que conclusiones definitivas.

1. ¿Por qué analizar el discurso y el texto como unidades sociolingüísticas y no como oraciones aisladas y limitadas al análisis gramatical?

Las correcciones idiomáticas, muchas veces, son impertinentes, porque las reglas gramaticales, si bien las regula la Real Academia Española, éstas se determinan convencionalmente por su uso, es decir, el uso da la norma, pero la norma no siempre da el uso. De ahí que, la regla gramatical sólo sea relevante si interfiere en el sentido del discurso, del texto o en diversas ambigüedades de las interacciones sociolingüísticas. Al respecto, es conveniente indagar desde los nuevos modelos teóricos de las Ciencias del Lenguaje, por ejemplo, los de la Sociolingüística, los de la Pragmática o los de la Etnolingüística, en los que hacer correcciones idiomáticas” es inconsecuente e impertinente en lo teórico, pero lo es más en lo práctico.

En efecto, para el investigador (actual), que estudie la lengua, el lenguaje o su uso, es fútil un estudio que no muestre la relación entre la lengua, la sociedad y la cultura, además, porque sabe que en estas multi e interdisciplinas no importa el purismo de la lengua, ni tampoco interesa tanto si las palabras son agramaticales o no, ni importa si el usuario transgrede normas morfosintácticas o no; lo que interesa es la función social del discurso, para efectos de crear persuasiones, símbolos e imaginarios en las culturas y sociedades. Por lo tanto, en ellas se trasciende esa utopía y ese tabú de cómo se dice o de cómo no se dice y, por ende, se analiza qué influencia tiene el uso de la lengua entre los interlocutores o si hay entre ellos efectiva comunicación o no.

Por las razones anteriores, estoy invitando a los docentes de Español (que aún enfatizan más en lo conductivo-normativo que en lo constructivo y en lo socio-funcional), a que se actualicen en los avances de las Teorías sobre el Lenguaje y el Pensamiento, para que cumplan mejor su labor formativa y sea más productiva en lo cognitivo, para los estudiantes.

Históricamente ha habido transformaciones en la Lengua Española, tanto en lo léxico-semántico2 y en lo fonético3 como en lo morfosintáctico4 y en lo pragmático5”. En las que cada regla gramatical tiene su explicación histórica; aunque no haya todavía un estudio tan exhaustivo que lo determine explícitamente, sí empíricamente tengo la sospecha que “el español tiene más términos del latín vulgar que del culto”. Pero ello hay que probarlo en la teoría.

Lo que sí es demostrable es la siguiente afirmación: “cada palabra que ha validado la Real Academia Española es porque antes no fue aceptada por algunos puristas y por ciertos pseudo-intelectuales, quienes “se creen lo más cultos6. Esto no tiene lógica, porque la lengua es social y no sólo de unos pocos. Por este motivo, decir un enunciado con términos no avalados por la institución encargada no es un adefesio, sólo es algo que, en general, está “mal visto”, pero que pocos saben por qué lo está, por ello, cuando alguien pronuncia incorrectamente una palabra, quienes “conocen” la regla se ríen de él y aquellos que interiorizan la norma gramatical por evitar burlas, coacciones o censuras sociales se someten a la ley y corrigen a los que la violan. En esto se han especializado los profesores de Español en general7 y los de otras áreas en particular.

No comparto esta situación en el sentido de que “Colombia no tiene urgencia de personas que hablen correctamente, sino de gente crítica, con pensamiento autónomo y con espíritu de liderazgo, que utilicen el idioma de manera solvente, para persuadir e influir a otros y para transformar al país y no para ganar mediante la ortografía esa materia denominada “Español”, sólo porque aprendió las reglas de memoria, para luego olvidarlas.

Además, hay una pretensión metodológica de algunos docentes de Español, que castigan el error, no lo distinguen de la falta y no reconocen una reflexión con argumentos verosímiles, puesto que, califican el producto y no el proceso del estudiante y se encierran en un solo modelo teórico, desde el que juzgan y desameritan a los demás.Al respecto, hay una concepción de la Gramática Histórica, en el sentido de la Semántica lexical, que desmitifica esa falla pedagógica y didáctica, cuando esta disciplina ofrece muestras sobre la evolución de las palabras y sobre las diversas connotaciones que han tenido no sólo a través del tiempo, sino también mediante un momento particular de su historia, es decir, de manera sincrónica (en el sentido de Ferdinand de Saussure, véase su Curso Sobre Lingüística General).

Una muestra de lo anterior, la hace Sebastián de Covarrubias en su obra “El tesoro de la lengua castellana o española”8, en la cual demuestra que la palabra “fe” en el siglo XVII tiene múltiples acepciones; por ejemplo, para los cleros significa un fundamento, para que su creencia teológica no sea desdeñada, por la racionalidad de algunos paganos y escépticos, para los laicos la “fe” puede denotar una acción correcta, en lo ético y no “necesariamente” en lo religioso, esto se da cuando dicen “actuó de buena fe”, para los comerciantes “fe” puede ser “una metáfora pura”9 de la noción “palabra” “cuando dicen “dio fe que iba a venir”. Cito estos ejemplos, porque todavía hay profesores de Español, que defienden una única significación de alguna palabra, y por ende, parece que desconocieran la enseñanza wittgensteniana: “no preguntes por el significado, sino por su uso10. Por eso, le propongo tanto a docentes de lengua materna y de idiomas en general como a profesores de otras áreas, que trabajen sus clases de una manera perspectivística que se aleje de lo unilateral.

Otro argumento a favor de la propuesta de Ludwing Wittgenstein es el que ha pasado con el verbo infinitivo “embarazar”, el cual ha cambiado de significación, en la lengua española del siglo XVII hasta el XXI, en palabras de Sebastián de Covarrubias:

“Embarazar es retardar e impedir, detenerse, empacharse u ocuparse en alguna causa. Estar embarazado parece tenernos atados los brazos, tanto como impedir trabarnos los pies y de ahí el impedimento. Proverbio: “la hogaza no embaraza, lo que es necesario para el camino, como es la provisión de comida yendo por donde no la hay, no se le ha de hacer a nadie pesado el llevarla”11.

Hoy embarazar es distinto, es sinónimo de preñar, por tanto, si un hombre del siglo XVII resucitara en esta época y dijese “estoy embarazado”, se reirían de él y dudarían sobre sus preferencias sexuales, porque ya la palabra no significa problema en el sentido literal, sino que se aplica sólo para describir un estado, que se da solamente en las mujeres (pero no en el sentido psicológico, sino en el fisiológico). Por lo tanto, el Español como muchas otras lenguas, está inmerso en múltiples cambios de sentido, los cuales el profesor debe mostrar y de la mejor manera, en vez de ponerse a calificar y a juzgar la caligrafía y la ortografía en sí, y sin tener en cuenta que los cambios ortográficos, se dan por desusos de términos y con el fin primordial de que los usuarios los utilicen cómodamente, como por ejemplo, la palabra substancia pasó a escribirse sustancia.

Hasta el momento, he argumentado mis disertaciones sobre el centralismo de la Gramática en la Didáctica del Español. Mi primera conclusión es: las reglas son importantes cuando influyen en el sentido, pero no lo más importante en la interpretación del mismo.

Ahora argumentaré por qué en vez del análisis gramatical aislado, debe trabajarse con la teoría del texto y el Análisis del Discurso, en los que las normas convencionales como la ortografía se pueden utilizar, pero para funciones más globales en el texto12 .

Al respecto, Marta Marín plantea lo siguiente: “Los humanos nos comunicamos con textos, no mediante las oraciones aisladas. A través de ellos tratamos de transmitir significados completos y lo más coherentes posible, porque intentamos ser comprendidos por los otros. Y esto es tan evidente en la vida cotidiana que creemos que no necesita una demostración más amplia”13. A este punto de vista, me parece que la única objeción que le puedo hacer es la siguiente: “el hecho de considerar el texto como única unidad con sentido completo, descalificaría trabajos que se han hecho en la Semiótica14, sobre análisis de oraciones cortas y elípticas en los muros, mediante el cual se ha estudiado lo “subcultural”, en símbolos, mentalidades e imaginarios.

Estaría de acuerdo con el anterior punto, si ella propusiera una sinonimia entre texto y oración, es decir, si dijera “toda oración con significado completo es texto y todo enunciado con sentido es discurso”. Por lo demás, comparto su propuesta y me parece viable para la Didáctica de la lengua y de la lectoescritura. En cuanto a esto, A. Betancourt dice: “Toda explicación teórica sobre el papel del contexto quedaría en el vacío si el lingüista continúa utilizando unidades fragmentadas que estudia aisladamente. Este es el punto donde encontramos la justificación de la Teoría del Discurso que, como su nombre lo indica, considera el discurso como unidad básica de análisis” (Amanda Betancourt: 1990, página 10).

En resumen, ambas perspectivas son explícitas al afirmar que es “conveniente analizar textos y discursos en conjunto y no a sus oraciones aisladas”; comparto la posición e iniciativa de ellas, en el sentido que, la Lingüística Textual y el Análisis del Discurso dan una aproximación más a los profesores a que guíen a sus alumnos más hacia el contenido que hacia la expresión, es decir, la estructura superficial de los escritos.

No obstante, antes de finalizar este apartado debo hacerles la siguiente objeción a las autoras: con la siguiente hipótesis que plantearé: “no se puede desconocer que así haya análisis de textos y discursos completos, en muchas ocasiones, en las oraciones hay que acudir a estudios gramaticales; ya sean sintácticos, morfológicos, fonéticos o fonológicos, para entender algunas estructuras más subyacentes en textos y discursos”. Por lo tanto, una cuestión es reconocer que lo aislado no funciona y otra es presuponer que la estructural en su superficie es fútil, esto último sería subvalorar el trabajo exhaustivo del estructuralismo y del generativismo, puesto que si hay análisis del texto tiene que haber alguna descomposición de sus elementos, por tanto, no estoy de acuerdo con Betancourt y con Marín en este punto, lo que sí rescato de sus propuestas es la justificación que hacen de las Teorías del Texto y del Discurso y la argumentación que hacen de su “eventual” aplicabilidad en la Didáctica del aula.

2. ¿Por qué es indispensable dar a conocer más a fondo la Didáctica de la lengua y de la lectoescritura” y su interdisciplinariedad?

La Didáctica de la lengua y de la lectoescritura es aplicable para las asignaturas sobre redacción, comprensión lectora y expresión oral. Sin embargo, ella en sí no puede ser la panacea para la comprensión e interpretación textual, ni para la composición escrita. Por tanto, debe manejarse por parte del profesor un dominio de su área específica y la manera de hacerlo llegar a sus estudiantes, es decir, una Didáctica. Ésta última, el docente la puede relacionar con otras multi e interdisciplinas, entre ellas están; la Lingüística Textual, el Análisis del Discurso, la Psicología Cognitiva y la Pedagogía, entre otras.

¿Cómo funciona la configuración de los enfoques de la Lingüística Textual, el Análisis del Discurso, la Psicología Cognitiva y la Didáctica de la lengua y de la lectoescritura en los procesos cognitivos del aula? La Lingüística Textual contiene subdivisiones, en Lingüística Pura (como Ciencia) y Lingüística Aplicada (para el aula); en el presente trabajo estoy enfatizando en la segunda, porque mi interés por ahora es más práctico que teórico. Aunque ambas constituyen propuestas para estudiar el texto como totalidad y unidad coherente, cohesiva, lógica y semántica. La Aplicada se interesa en problemas más particulares, como lo es mostrar concepciones que le ayuden a los profesores a guiar los procesos de lectura y escritura de sus aprendices, básicamente, para cooperar a que ellos construyan procesos cognoscitivos y de significación, que les generen más sentidos y preguntas sobre las temáticas, todo ello, con la asesoría del docente y no con sus prejuicios activos para vigilar y castigar en el sentido de Foucault. Por lo tanto, el docente debe saber si sus aprendices están estudiando para ser lingüistas, para ser profesores, o para otra profesión, ya que según la circunstancia o el contenido curricular, el profesor debe variar las temáticas al caso, y a la vez, acomodarlas a deseos e intereses del estudiante.

Ahora bien, ¿cómo configurar la Teorías del Texto y del Discurso con la Didáctica de la Lengua? Las tres se unen merced a un enfoque comunicativo-cognitivo-discursivo y tienen un objetivo en común: desarrollar competencias discursivas y cognoscitivas que sean útiles para sus procesos sociales, culturales o “reales” de interacción, es decir, la función social del maestro ya no es “enseñar” “verdades terminadas”, para que el alumno las repita de memoria, sino mediar entre sus procesos cognitivo-discursivos y los saberes que él quiere mostrar. Esto con el fin de que lo que el profesor le compartió, el estudiante lo pueda relacionar y aplicar a lo que vive cotidianamente, ello sería pasar de un modelo conductista, tradicional y mecánico a uno comprensivo-cognitivo y discursivo.

En este sentido, la Semántica ofrece tanto a educadores como a educandos algunas bases teóricas, para que comprendan, analicen, produzcan e interpreten textos. Al respecto, Amanda Betancourt afirma que hay una subordinación del contenido sobre la superficie, ello lo dice de la siguiente manera: “la comprensión y reproducción del texto debe tener en cuenta la relación pensamiento-lenguaje-realidad. Del positivismo lingüístico que relegaba a un segundo plano la Semántica, se da paso hacia la Filosofía del Lenguaje, esto es, al estudio de lo significado en toda su complejidad”15.

Me parecen interesantes, las precisiones epistemológicas de Betancourt. Y también, comparto su idea en lo metodológico. Esta idea se puede complementar con lo que plantea Lucy Mejía: “al maestro de hoy, y no sólo al del lenguaje, le corresponde pasar del conocimiento de un metalenguaje al dominio de un saber didactizado, es decir, pasar del qué del proceso de enseñanza al cómo del proceso de aprendizaje. Se trata de proporcionarle al alumno las mejores herramientas conceptuales y metodológicas que le permitan, la construcción del conocimiento. El tradicional énfasis en los contenidos más que en los procesos, una evaluación más centrada en la forma que en el fondo, no permiten atender como lo requiere el desarrollo del proceso comunicativo y los procesos de comprensión y producción de textos”16.

Por lo tanto, la Lingüística Textual, la Psicología Cognitiva y el Análisis del Discurso son enfoques relevantes para la Didáctica de la lectoescritura, porque el Estudio del Texto brinda elementos conceptuales, para mirarlo como conjunto y como tejido significativo, por su parte, el Análisis del Discurso proporciona otras nociones, que permiten entender y diferenciar contextos sociolingüísticos, diversos discursos e intentar rastrear sus sentidos. Y, finalmente, la Psicología Cognitiva ofrece algunas concepciones, que posibilitan la comprensión del desarrollo que posee un aprendiz, en sus procesos orales, y de lectoescritura.

3. ¿Para qué y por qué es relevante proponerle algunas transformaciones metodológicas a ciertos docentes, con el fin de que los estudiantes se incentiven más hacia el deseo de saber y puedan desarrollar más habilidades cognitivas?

Muchos niños han ingresado a la Educación Básica primaria con dificultades para comprender el sistema de la Lengua Española, las cuales interfieren en los procesos de la adquisición del manejo de la codificación y de la decodificación de la lengua escrita. De ahí que, en el bachillerato y hasta en la universidad aún se le dificulte al estudiante producir e interpretar textos y discursos. Por esto me pregunto ¿las metodologías del profesor de Español, en general, han sido las más adecuadas?

No aspiro en este segmento a responder algo definitivo ante este cuestionamiento, pero sí quiero plantear algunas soluciones, que si bien no son la panacea del problema, al menos sí son algunas alternativas que el docente, básicamente de Español, podría tener en cuenta.

El profesor de Español, generalmente, ha olvidado que su área podría ser más significativa, si la relacionara con los procesos cognitivos y socioculturales de sus aprendices, en vez de limitarse sólo a lo gramatical. Igualmente hay docentes de Español que prescriben algunas obras literarias clásicas, en cuyo análisis no permiten o no posibilitan que el estudiante desarrolle habilidades reflexivas y competencias críticas, argumentativas, lingüísticas e interpretativas. Además, el docente casi nunca le muestran al “aprendiz”; la diversidad de perspectivas que hay para comprender las obras. Por ejemplo, en varias ocasiones, el profesor le dice al “alumno” que “es obligación leer “El Quijote de la Mancha, y con ello, en vez de incentivarlo a la Obra lo aleja de ella; en cambio, cuando es el estudiante quien elige el libro que va a leer, el docente no tiene que vigilarlo, ni castigarlo.

El maestro ya no debería ser transmisor de “conocimientos”, sino más bien asesor, mediador y guía de procesos cognoscitivos, para que el estudiante construya sus saberes, en los que autorregule y domine su proceso de aprendizaje y lo vuelva cada vez más significativo y menos imperativo.

El profesor que todavía es dogmático, dictatorial, normativo e imperativo, debería cambiar su actitud por una más constructiva, en la que no enseñe verdades absolutas, estáticas y terminadas, sino que incentive al estudiante hacia la posibilidad de preguntarse algo de lo que se cree sabido, a reflexionar sobre diversos problemas, y a estudiar con más motivación, porque así tendría más preguntas que respuestas.

El docente, no obstante, tiene la difícil misión de ayudarle al alumno a solucionar sus “falencias” en las competencias discursivas, cognitivas y socioculturales. No es fácil, porque la sociedad colombiana es una de las que está inclinada al consumo desmedido, por ejemplo, el de licor por el cual se vislumbra que muchas familias tienen dinero para la botella de Aguardiente, pero dicen que no poseen para comprar libros, además, ya existe Internet, y por eso, más de uno dice ¿para qué comprar libros, si todo está en Internet?

No valen aún los avances de las Ciencias de lenguaje y de las Cognitivas, para que muchos “educadores” (básicamente de primaria) cambien de metodología conductista, la cual sólo sirve para que los niños repitan planas como unos loros y para que codifiquen y decodifiquen, pero sin leer, es decir, sin comprender. Esto se manifiesta en la secundaria y en los fallidos intentos por acceder a la “Educación Superior” y después preguntan ¿por qué los colombianos leemos y escribimos tan poco?, ¿por qué a la mayoría de los jóvenes no les gusta la ciencia y el pensamiento?

Ya no pienso que sea relevante y productivo buscar el origen del problema y “los supuestos culpables”, lo que ahora interesa es tener en cuenta algunas soluciones, desde las nuevas metodologías que se extraigan de las Ciencias del lenguaje, de las Cognitivas y de su relación con las dinámicas sociales, de modo que, no se quedarían en la teoría, sino que se aplicarían “realmente” en el aula, y en general, en los procesos sociales y culturales.

REFLEXIONES FINALES

El profesor por su saber puede entender que no se aprende a leer ni a escribir totalmente, sino que se desarrollan competencias y habilidades cognitivas y metacognitivas, cuyo fin es progresivo está en hacer una lectura y una escritura cada vez mejores, las cuales sean condición de posibilidad de procesos de un pensamiento con tendencias a lo inefable.

El aprendiz, a través de las estrategias que le propone un docente, puede acercarse más a una lectura comprensiva y a una escritura influyente en lo social. Entre estas destrezas se encuentra; la identificación del texto, del contexto, del pretexto y del co-texto. En este sentido, el estudiante puede hallar una significativa interacción entre él y el texto, en la que pueda vislumbrar qué propósitos tiene el escritor, a quiénes va dirigido, por qué existe el escrito, cuándo, dónde y cómo fue producido, y qué está implícito, pero se puede inferir de él. En consecuencia, el aprendiz podría comparar el contenido del libro con sus saberes previos.

CONCLUSIONES PARCIALES

La ortografía y otras normas gramaticales sólo son relevantes, si interfieren en el sentido del texto y del discurso. En otras palabras, esto es la transición de un gramaticentrismo a un enfoque del sociocentrismo cognitivo y discursivo de la Didáctica de la Lengua, que guía procesos de lectura y escritura, en la que interesa más en el contenido que la expresión y que la norma en sí.

El hecho de analizar las estructuras textuales globales desde lo lógico y lo semántico, no implica que la coherencia local y la cohesión (más sus mecanismos) sean fútiles desde la perspectiva textolingüística y discursiva. Lo que sí subyace de las Teorías Textuales, Cognitivas y Discursivas es la premisa que afirma lo siguiente: “el texto y el discurso son las unidades básicas de análisis y supeditan a las estructuras superficiales, sin prescindir de ellas. Sin embargo, hay análisis semióticos que estudian enunciados u oraciones declarativas, las que explican no desde la unidad textual, sino de la contextual. Por lo tanto, el estudio de oraciones aisladas del texto y del contexto es fútil para pedagogizarlas en las Didácticas, pero muy útiles para análisis científicos de la estructura que compone una lengua.

El aprendizaje y las prácticas de lectoescritura constituyen un proceso de construcción del estudiante, en el que él será cada vez más autónomo, si el profesor cumple su función de guía y mediador de procesos, y deja de ser un dictador imperativo de clase. Por ello, éste no necesariamente pierde la autoridad ante aquél, sino que más bien didactiza su saber y posibilita procesos más cognitivos y productivos para ambos en la lectura y la escritura.

ANEXO:

ALGUNOS CONSEJOS PARA LEER COMPRENSIVAMENTE

1. El principal elemento para leer comprensivamente es la motivación que le genera al lector un texto, porque por ella, él se concientiza sobre los propósitos con los que va a leerlo y las preguntas que resolverá en él. No obstante, si lee un libro por alguna obligación académica, no lo va a comprender tanto como a otro que lea por su iniciativa.

2. Es relevante que el lector examine el índice y analice títulos y subtítulos en cada apartado y capítulo del libro, para que así, construya la estructuras globales y jerárquicas que subyacen en el texto, puesto que, si interpreta sólo oraciones aisladas le quedará complicado sintetizar las tesis e ideas fundamentales.

3. Hay dos posibilidades para leer un texto; una de ellas excluye a la otra y viceversa, éstas funcionan como una balanza: son la extensión y la comprensión; los lectores que optan por la primera prefieren leer dos libros una vez, que leer en dos veces uno; por el contrario, los lectores que releen, optan por la segunda, y obtienen más comprensión y menos extensión. Me parece que es más interesante comprender uno, que entender en término medio dos, de ahí que, aquella opción sea más productiva en lo cognitivo y que esta sea más relevante para asumir la lectura como consumo y no como un ejercicio mental, que desarrolla el pensamiento mediante la comprensión.

4. El aspecto cognitivo es de suma importancia, pero depende de la capacidad cerebral de retener en la memoria a largo plazo (la episódica-semántica) cierta información que el individuo ha comprendido y que no se ha quedado en la memoria a corto plazo u operativa. De hecho, la comprensión de lectura se constituye con lo almacenado en la M.A.C.P que pasó a la M.A.L.P. Este proceso sólo se logra con la activación de esquemas globales, que cooperan a reducir la información lógico-semántica. Por ello, es recomendable mantener notas claves e información esquematizada, para comprender el texto en su totalidad.

BIBLIOGRAFÍA

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“Texto y contexto. (Semántica y Pragmática del

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1 Estudiante del noveno semestre de Licenciatura en Humanidades, Lengua Castellana, en la Universidad de Antioquia y de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, de Historia.

2 La Semántica es una disciplina que estudia el significado en general y hace parte de la Ciencia del Lenguaje por antonomasia: la Lingüística (véase “El alma de las palabras. (Diseño de Semántica General)”, escrita por Felix Restrepo, tomado de la segunda edición, Voluntad, 1939, Bogotá-Colombia). Sin embargo hay una Semántica Diacrónica (Histórica) que analiza los cambios de significación a través del tiempo y hay una Semántica Sincrónica, la cual estudia el significado en un momento dado de la Historia de las lenguas; en ambas se puede analizar, básicamente, por niveles; ya sea léxico-semántico, lógico e interpretativo o textual y discursivo (véase el texto “Aspectos de Semántica y Sintaxis españolas”, escrito por Nicolás Polo Figueroa y editado por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en Ediciones “La Rana y El Águila” Tunja-Boyacá, Colombia, 1976, primera edición).

3 El nivel fonético hace parte de la materialización de los fonemas (que son mentales y hacen parte del sistema de la lengua) en sonidos articulados (que hacen parte del habla) (véase el libro “Español y Literatura “TU IDIOMA”, realizado por Carlos Medellín, editado por Cultura Colombiana Ltda., Bogotá-Colombia, octava edición, 1969. En este texto, él cita a Ferdinand de Saussure cuando hace la distinción entre lengua y habla).

4 El nivel morfosintáctico es una aglutinación entre Morfología y Sintaxis; la primera estudia las leyes que rigen la conformación estructural de las palabras en una lengua, la segunda analiza el orden (taxos) lógico que tiene que haber entre las partes de la oración, y a la vez, estudia la taxonomía en ellas de las categorías gramaticales Véase a Ángel Cortés en su texto Lingüística, Ediciones Cátedra, capítulos VI (la Sintaxis y VII la Morfología).

5 El nivel pragmático hace parte de la Pragmática, disciplina que estudia el uso del texto y del discurso en el contexto (Véase T. van Dijk “La ciencia del texto” (capítulo III), paidós, 1978). o “Texto y contexto” (segunda parte: “La Pragmática”), Cátedra, 1984).

6 Véase “¿Es un eficaz Comunicador académico el estudiante de hoy?” De Perla Noemí Barnes. En: Lingüística para el siglo XXI, Vol I. Universidad de Salamanca, 1998, p 267-276 o “Lingüística y enseñanza de la lengua” de Marta Marín, Aique, Buenos Aires, Capítulo IV “Los textos”, párrafo 2, página 113. En ambos textos las autoras le proponen a los profesores, que no trabajen sólo un análisis ortodoxo y gramatical de oraciones aisladas, en los que se desconozca, la función social del discurso y la dinámica del texto como totalidad de significados y sentidos socioculturales.

7 Véase la segunda parte de este escrito, en la que, el autor argumenta por qué es importante que muchos docentes de lengua materna e idiomas en general cambien las metodologías tradicionales y memorísticas por el constructivismo de la Didáctica de la Lengua y de la Lectoescritura.

9 Véase a Pelayo H. Fernández. “Estilística. (estilo, figuras estilísticas y tropos)”. Ediciones José Porrúa Turanzas, S.A. Madrid. Tercera Edición (mejorada).

10 Véase Wittgenstein, Ludwing. “Investigaciones filosóficas”.

11 op.cit, (el autor del presente texto hizo una trascripción moderna, es decir, le cambió la ortografía del siglo XVII por la actual. Sin embargo, dejó el contenido intacto).

12 Globales en este contexto hace referencia a dos nociones fundamentales, que están constituidas entre la Lingüística Textual y la Semántica, que además, tienen estrecha relación con la coherencia global del texto; ellas son la Macro y la Superestructura; la primera define de manera abstracta, según van Dijk, “la relación lógica y proposicional entre las significados de las oraciones declarativas subsiguientes (op cit: 1978, 1984), en otras palabras, la Macroestructura estudia las interrelaciones lógico-semánticas entre párrafos, cuya unión determina la coherencia global, lo cual realiza a través de un constructo, que categoriza el texto en su totalidad en tema, subtemas, macroproposiciones, proposiciones, conceptos o nociones. Esto se logra mediante la unión de macrorreglas (que ayudan a reducir la sintéticamente la información semántica de un texto o discurso); van Dijk en su libro “Estructuras y funciones del discurso”: 15 de diciembre de 1983, segunda edición); propone tres macrorreglas que son generalizar, seleccionar y construir. No obstante, en su libro La Ciencia del Texto” (op.cit), él propone cuatro macrorreglas para resumir, que son las mismas tres del otro texto más suprimir u omitir. Esto tiene una explicación epistemológica; en un libro hay una regla de más. porque seleccionar una información relevante en lo semántico, implica suprimir otra que no lo es tanto, por ello, él por economía discursiva explica dos reglas en una, en “Estructuras y funciones del discurso” ; Por su parte, la superestructura se encarga de jerarquizar la información semántica en categorías más generales, con lo que coopera y contribuye a la configuración no sólo de la coherencia local, global, y pragmática, sino también a constituir la Macroestructura, por tanto, hay una relación de reciprocidad entre macro y superestructura. Sin embargo, ésta última se subdivide en otros métodos y procedimientos, los cuales dependen de la tipología textual, es decir, no es lo mismo la superestructura de un texto literario que la de uno argumentativo, ni tampoco es igual, la de uno narrativo y la de uno descriptivo, por lo tanto, lo único que tienen en común es una introducción o un inicio, un nudo o un contenido, una conclusión y un desenlace, porque en lo otro son distintos, por ejemplo, un texto literario tiene argumento, uno argumentativo tiene tesis e hipótesis; uno literario tiene moraleja o climax; en cambio, el argumentativo tiene conclusiones si es deductivo, hipótesis al inicio y la tesis al final si es inductivo o problemas e hipótesis al instante si es abductivo. por eso, son superestructuras muy distintas. En síntesis, la Macroestructura podría estar en la contratapa de un libro; mientras que, la superestructura podría ser el índice o la tabla de contenido del mismo.

13 Op. cit, página 113, párrafo 2.

14 Semiótica se confunde mucho en la práctica con Semiología, pero en lo teórico son distintas, no sólo porque la primera proviene de los norteamericanos y la segunda de los franceses, sino porque aquí Semiótica quiere decir el estudio de los signos y la interpretación que hace de ellos una cultura, mientras que, decir Semiología no separaría la lengua de la sociedad, aunque tendría una connotación más metalingüística. No obstante, ambas tanto en lo teórico como en la práctica han sido utilizadas indistintamente.

15 Amanda Betancourt. “La textolingüística: un enfoque para la enseñanza del español”. En: Lingüística y Literatura, año 11, # 18, U de A, Medellín, 1990, página 10.

16 Lucy Mejía Osorio. “Comprensión y producción del texto escrito (un enfoque cognitivo-discursivo)”. En: Lingüística y Literatura, U de A, año 19 # 33, 1998, página 129.